Ciudades de Brasil plantan un árbol por cada recién nacido

Ya son varios las ciudades brasileñas que han adoptado la medida de plantar un árbol por cada recién nacido la última en unirse a este movimiento es la ciudad de Garibaldi, en Rio Grande del Sur. Esta práctica de varios municipios brasileños es una forma simbólica de honrar una vida.

La iniciativa, denominada Proyecto Árbol de la Vida, es del Club Rotario de Garibaldi. La institución plantará un árbol de ipê por cada bebé nacido en el municipio. El objetivo es insertar el tema de la educación ambiental en la vida de los niños y de la población en general.

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“LA IDEA ES CREAR UNA CULTURA EN LOS NIÑOS Y EN LAS FAMILIAS DE QUE EL MEDIO AMBIENTE ES MUY IMPORTANTE Y, ADEMÁS, CREAR UN VÍNCULO AMOROSO ENTRE NOSOTROS Y LA NATURALEZA”

Guilherme Cavagnoli, presidente del Rotary Club

Además del árbol, cada bebé recibirá una placa en forma de pie, con su nombre y fecha de nacimiento.

Plantación de árboles

Además de un bonito gesto, plantar árboles contribuye a que la ciudad sea más verde y saludable. Las zonas urbanas más arboladas son más frescas, menos contaminadas y aumentan el bienestar de los residentes.

Muchos expertos sostienen también que plantar árboles es la forma más rápida y barata de frenar el cambio climático. Un estudio publicado en Science en 2019 afirmaba que, además de preservar los bosques que ya existen, la solución contra el calentamiento global sería que el mundo plantara 1,2 billones de árboles.

Nosotros hace tiempo que lo contamos y promovemos, pero lamentablemente la gente parece no entender o no importarle el futuro.

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Y no solo se trata de plantar árboles también hay que cuidarlos sobre todo al comienzo, cuando más frágiles son, luego ya cuando son adultos pueden seguir por sus propios medios.

1 comentario en “Ciudades de Brasil plantan un árbol por cada recién nacido”

  1. Eso ya se hizo en Madrid hace muchos años. Creo que fue en la época de Álvarez del Manzano como alcalde. Plantaban un árbol y ponían un azulejo en la acera, al borde del alcorque, con el nombre del niño y la fecha. Todavía quedan algunos, aunque la mayoría de los azulejos están casi borrados y no se pueden leer.

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