En pleno Sillicon Valley como no podía ser de otra manera, la empresa de robótica Iron Ox creo la primera granja autónoma del mundo. El proyecto nacio con la idea es aumentar la disponibilidad, calidad y el sabor de las verduras, incluyendo en un principio la lechuga romana, lechuga mantequilla y col, además de hierbas culinarias, como la albahaca, cilantro y cebollinos. El proyecto fusiona los últimos avances en crecimiento de plantas, junto al machine learning y la robótica.
“En Iron Ox, proyectamos todo nuestro proceso de crecimiento con un enfoque de robótica”, dice el cofundador y CEO de Iron Ox, Brandon Alexander, que trabajó anteriormente en el laboratorio de robótica Willow Garage y luego en Google X.
En el común de las granjas, tareas como la cosecha, la siembra y la inspección de plantas ocurren varias veces al día. Estas tareas repetitivas e intensivas en mano de obra son perfectas para la robótica, integrando el aprendizaje de máquina y la visión computacional, pueden hacer que los robots respondan a las necesidades de cada una de las plantas a su cuidado.
Tecnología.
La granja de Iron Ox está en plena producción, teniendo dos principales sistemas robóticos: un brazo robótico y un sistema de transporte móvil. Ambos fueron diseñados y desarrollados para trabajar juntos de forma cohesiva, con el transporte móvil utilizando una tecnología similar a la de un auto autónomo – sensores y visión computacional – y el brazo robótico analizando cada planta en escala submilimétrica.
El sistema es capaz de hacer todo el proceso para obtener lechugas listas para el mercado de forma totalmente autónoma.
El software propietario actúa como el cerebro, atendiendo al ecosistema a través del monitoreo de datos, garantizando la cohesión en todas partes y manteniendo el control sobre el ambiente en tiempo real. Cuando el sistema está en funcionamiento, es como tener un equipo de expertos dedicado a garantizar la salud de las plantas, maximizar el crecimiento y establecer e implementar procedimientos operativos estándar para garantizar la seguridad alimentaria en todos los sistemas.
“No estamos sólo produciendo productos sostenibles y accesibles, estamos capturando grandes cantidades de datos accionables”, dice Jon Binney, co-fundador de Iron Ox. “Este volumen de datos significa que podemos garantizar que todas las plantas que salen de nuestra granja sean perfectas y tendremos el mayor conjunto de datos del mundo, además de algoritmos altamente precisos para identificación de enfermedades”.
Oportunidad de negocio.
Se estima que 10 mil millones de personas necesitarán ser alimentadas para el año 2050, de acuerdo con el World Resources Institute. La empresa cuestiona el modelo tradicional de agricultura y propone la agricultura autónoma: proyectada para aprovechar el sol y la iluminación LED de alta eficiencia.
Además, posee un sistema de cultivo hidropónico que utiliza un 90% menos de agua que la agricultura tradicional. La empresa también defiende el cultivo de alimentos libres de pesticidas y cultivados de forma sostenible.
La capacidad actual de la empresa con sus dos robots es de producir unos 26 mil vegetales al año.
En primer lugar no es la primera granja autónoma. Existen muchas comunidades en el mundo que funcionan con agricultura orgánica autosustentables. Segundo, el concepto de enfoque robotico es contrario a los preceptos de la agricultura ecologica, ya que elimina el vinculo directo del ser humano con la naturaleza. Esa automatización limita el contacto con las plantas y el real sentido de la producción orgánica de diversidad e interdependencia.
Esta granja en cuestion es una empresa que primero busca el lucro y sus fines son utilitaristas. El proceso de sembrar y cosechar, ademas de tener un efecto terapeutico en las personas proporcionan trabajo y dignidad. El hambre en el mundo desaparece cuando el agronegocio desaparce y las comunidades generan su propio alimento.