Las altas temperaturas en Egipto obligan a los residentes a buscar formas de mitigar el calor. Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse comprar un aparato de aire acondicionado y pagar las facturas de energía que se derivan de su uso. Consciente de que las olas de calor serán cada vez peores, la arquitecta e investigadora Marwa Dabaieh vio en los recursos naturales del país una solución para desarrollar un sistema de refrigeración ecológico.
“Algunas personas, como los pensionistas, los parados y los refugiados, no pueden permitirse el lujo de tener aire acondicionado. Esto significa que la mortalidad aumenta cuando las olas de calor son más frecuentes”, afirma Marwa Dabaieh.
Marwa está especializada en arquitectura sostenible, y lleva 20 años trabajando en el campo de los edificios de emisiones cero y tierra pasiva, y en el diseño arquitectónico “neutro en carbono”, entre otros sectores relacionados.
En su última investigación, la arquitecta presenta la idea de aplicar estrategias vernáculas de refrigeración pasiva al clima cálido y seco de Egipto. El sistema de refrigeración natural utiliza básicamente embudos de arcilla, agua y la fuerza del sol y el viento para funcionar.
El método está dirigido a las poblaciones de bajos ingresos en los asentamientos.
La refrigeración natural no es algo nuevo, y en ecocosas hemos visto ya algunas aplicaciones, desde la de siempre como el botijo a una mini nevera e incluso un sistema gigante de aire acondicionado basado en este principio.
Lo interesante de este nuevo desarrollo es que hace de forma muy simple una aplicación de este principio que puede realmente ayudar a mucha gente en zonas donde se necesita.
Embudo de arcilla
Se probaron varios embudos de arcilla, según sus tamaños, y se simularon para comprobar su eficacia en la aceleración del flujo de aire dentro de las unidades residenciales y su capacidad para aumentar la velocidad del aire si se combinan con estrategias de ventilación cruzada.
La simulación reveló una mejora significativa en el flujo y la velocidad del aire dentro de la sala de pruebas en comparación con las ventanas convencionales. Llevado a cabo en El Cairo, la capital de Egipto, un primer experimento logró una reducción de dos grados en la temperatura interior, pero desde entonces ha conseguido una reducción de seis grados.
El experimento de Marwa Dabaieh
El objetivo es reducir la temperatura interna en diez grados. La idea es que al aplicar la técnica en la construcción se produzca una mejora de la temperatura y la humedad internas de las casas.
Marwa quiere seguir desarrollando su sistema de refrigeración natural. Según ella, es caro desarrollar el método. “Me mueve la pura pasión, pero necesito recursos para sacar adelante el proyecto piloto. Ahora espero que el apoyo a la innovación pueda aumentar”, afirma.
Lo bueno es que la arcilla no es cara. Pensando en la aplicación de la técnica, el arquitecto prevé que el precio de la construcción sea asequible.
Como ven tecnologías simples y milenarias dando un par de vueltas pueden ofrecernos soluciones de bajo impacto ecológico pero de gran impacto en calidad de vida.