La frángula o arraclán es una planta que cura diversas dolencias. Veamos qué es este arbusto caducifolio y de uso medicinal, para qué sirve, cuáles son sus propiedades para la salud y los beneficios que aporta su consumo al organismo.
Qué es la frángula o arraclán
Frángula o arraclán son los dos nombres que se utilizan por lo general para una misma planta, cuyo nombre científico es Frangula alnus, aunque en taxonomías más antiguas se emplea también el nombre Rhamnus frangula, nombre que incluso no está en desuso, pero es en todo caso siempre la misma planta.
Es una planta que crece en regiones húmedas de todo el continente de Europa, y está extendida por todo el continente, así como por las regiones más cercanas a Europa de Asia (Rusia, Cáucaso y parte de Oriente Medio).
Otros nombres en castellano que también son muy utilizados en diversas regiones de España para denominar popularmente al arraclán son avellanillo, cuerna puya, pudio y sangueño, entre tantos otros.
Propiedades de la frángula
Las propiedades de la frángula son principalmente purgantes, laxantes, antihelmínticos y colagogos y contiene principios activos como frangulina, el cual se encuentra en la corteza de la misma, la glucofrangulina (heterósidos hidroxiantracénicos), el ácido crisofánico, y los antranoides derivados de la emodina, como la ficciona y el crisofanol.
Para qué sirve el arraclán y qué beneficios aporta
Veamos para qué sirve la frángula y cuáles son los usos medicinales principales de esta hierba y los beneficios que tiene para tratar dolencias.
Estreñimiento
Uno de los beneficios de la frángula o arraclán principales es que la planta sirve para tratar el estreñimiento. Incluso existen medicamentos farmacéuticos como el Fave de fuca, el cual es un laxante a base de esta frángula, pero que debe emplearse como máximo durante 6 días y sobre todo para tratar casos de estreñimiento agudo.
Para este uso podemos encontrar además de los medicamentos farmacéuticos, que para el caso no nos interesan más que de manera anecdótica, los medicamentos naturales de arraclán o frángula:
- Infusión de frángula
- Comprimidos de corteza de arraclán
Infusión de frángula
La infusión de arraclán puede hacerse de la corteza seca de tallos y de las ramas de Rhamnus frangula, tanto enteras como troceadas o también se puede encontrar en sobres como los de otras infusiones como la manzanilla o el poleo menta.
La proporción para hacer la infusión o té desde la corteza seca es de 7 gramos de corteza de frángula por cada 250 ml (es decir, por cada taza). Hay que poner a hervir el agua y la corteza seca durante 15 minutos, y luego hay que dejarla reposar durante 6 horas.
Tomar una vez al día.
Comprimidos de corteza de arraclán
Otra manera de consumir esta planta es con extractos de la corteza en comprimidos, es decir de corteza de arraclán o frángula, y se debe consumir antes de dormir, una o como máximo dos cápsulas, con un vaso de agua, para que la misma actúe durante la noche.
Efectos colagogos
La corteza de frángula tiene efectos colagogos, es decir que estimula la secreción biliar. Por tanto ayuda a mejorar la salud de la vesícula, y del hígado. Además, esta secreción biliar contribuye a depurar el organismo del exceso de ácido úrico y la disolución de los cálculos de los riñones.
Cicatrizante
Por vía tópica o externa, la frángula tiene propiedades cicatrizantes, para limpiar las impurezas de la piel y para contribuir a la salud de la dermis. Para este uso lo mejor es preparar infusión de frángula para aplicar directamente sobre la piel.
Parásitos intestinales
La corteza de arraclán tiene efectos antihelmínticos, y esta infusión sirve para tratar los nematodos, trematodos y cestodos, y evitar que estos parásitos intestinales se hospeden en los intestinos.
Otros usos
Además, de los usos medicinales de este arbusto, que puede llegar a medir hasta 5 metros de altura, siendo en realidad casi un árbol, se utiliza su madera por su robustez.
Contraindicaciones de la frángula
La frángula o arraclán tiene algunas contraindicaciones que hay que tener presente, y por tanto en algunos casos se debería evitar su consumo.
Las mujeres embarazadas o que están dando pecho no deberían consumir esta planta en ninguno de sus formatos.
Los ancianos deberían tener un uso controlado del medicamento.
Durante los días del período menstrual, no está recomendado su consumo.
Las personas que padezcan obstrucción fecal y desórdenes gastrointestinales no diagnosticados no deberían consumir esta planta, a menos que se la recomiende un médico.
Las personas que padecen hemorroides o úlceras gastroduodenal y trastornos inflamatorios del colon (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa) no deberían consumir esta planta.
Además, hay que tener en cuenta que el uso prolongado del arraclán puede provocar debilidad, hipotensión y descoordinación psicomotriz.
Entre los efectos secundarios se encuentran los cólicos intestinales.
La melanosis coli es la hiperpigmentación de la mucosa del colon que puede estar provocada por el uso de laxantes como la corteza de frángula. Si bien, es una especie de contraindicación, es benigna.
Por último, la corteza debe consumirse siempre seca, ya que la corteza fresca puede provocar espasmos intestinales y náuseas. Y tampoco deben consumirse las hojas u otras partes de esta planta ya sea frescas o en infusión, porque puede ser tóxica también.
¿Conocías las propiedades de la frángula o arraclán para la salud? ¿Tienes experiencias usándola? Como decimos siempre, déjalo en los comentarios, que tanto nosotros como nuestros lectores nos beneficiamos de los aportes que amplíen nuestros conocimientos de las plantas medicinales.
IMPORTANTE: Esta información tiene por objeto complementar, no reemplazar el consejo de su médico o profesional de la salud y no pretende cubrir todos los posibles usos, precauciones, interacciones o efectos adversos.
Es posible que esta información no se ajuste a sus circunstancias específicas de salud. Nunca demore o haga caso omiso de la búsqueda de consejo médico profesional de su médico u otro proveedor de atención médica calificado debido a algo que haya leído en ecocosas. Siempre debe hablar con un profesional de la salud antes de comenzar, suspender o cambiar cualquier tipo de tratamiento.