Qué es la fibromialgia y cuáles son sus causas
A ciencia cierta no se sabe exactamente qué es la fibromialgia ni tampoco cuáles son sus causas. Pero sin embargo, sí que se diagnostica en base a una serie de síntomas. Si bien está considerada una enfermedad de origen neurológico, no está científicamente demostrado su origen.
La fibromialgia está categorizada dentro del grupo de dolencias que se conocen como “enfermedades reumatológica”, como la artritis, el síndrome de Sjögren o la esclerodermia. La causa de alguna de ellas es que las propias defensas atacan al organismo, lo que significa que son enfermedades autoinmunes.
Pero en el caso de la fibromialgia las causas y qué es a ciencia cierta es un desafío que la ciencia y la medicina aún no han llegado a descubrir.
Recientemente un estudio de la Universidad de Oviedo, en conjunto con la Universidad Johns Hopkins y del NIH de Washington, relaciona la fibromialgia con el síndrome de fatiga crónica:
En el estudio relacionan además las causas de la enfermedad con los genes deprimidos, y otra de las posibles vías abiertas relacionan la enfermedad con un posible origen vírico.
Otra cosa que se sabe es que si bien las causas de la fibromialgia pueden a veces relacionarse con virus o bacterias, o con algún accidente, se dice que estos son más bien desencadenantes que despiertan en las personas la respuesta hacia ciertos estímulos que provocan dolor.
Por lo tanto estas personas ya estaban afectadas por la fibromialgia antes de contraer la enfermedad provocada por el virus o bacteria, o antes de sufrir el accidente.
En la actualidad se estima que sólo en España esta enfermedad afecta a más de 1.500.000 personas, de las cuales más del 80 por ciento son mujeres. Este porcentaje abre también toda unas posibilidades para la especulación científica, ya que plantea muchas preguntas.
Síntomas de la fibromialgia
Los síntomas de la fibromialgia son los que determinan la enfermedad en sí. Se trata de un conjunto de dolores que afectan a diferentes partes del cuerpo, principalmente musculares, pero también en los huesos, los ligamentos y las articulaciones. Éstos van acompañados de dolores de cabeza, insomnio, cansancio crónico y ansiedad.
Estos dolores a veces se definen como hormigueo en las extremidades, rigidez en los músculos y sensación de dolor cuando en otras personas no lo provocaría. Por eso se la define como una enfermedad neurológica.
Si bien estos malestares se pueden dar como síntomas de otra enfermedad, son su cronicidad lo que hacen que estos síntomas en su conjunto sean definidos como fibromialgia.
Además de los dolores, se podría decir que el cansancio es uno de los denominadores comunes de al menos el 90 por ciento de las personas diagnosticadas de la enfermedad. Otro de los síntomas, presente también en la mayoría de las personas con fibromialgia, es el insomnio u otros tipos de trastornos y alteraciones del sueño. Se estima que entre el 70 y el 80 por ciento de los pacientes con fibromialgia lo sufren.
En menor escala, y está presente como síntoma de la fibromialgia en menos casos y también como sensación permanente luego de ser diagnosticado, es la ansiedad o depresión.
Esto tiene una posible explicación. Está claro que alguien que sufre de dolores, insomnio y cansancio a medio plazo va a sufrir algún tipo de depresión. El caso es que cuando se diagnostica la enfermedad muchas personas pueden llevar una vida “normal” si aceptan sus condiciones y se adaptan a ellas. En caso contrario, muchos pacientes se acaban deprimiendo.
Fibromialgia: diagnóstico y tratamiento
Diagnóstico
Se conoce como los 18 puntos dolorosos (o puntos de gatillo de los síntomas de la fibromialgia) a las partes del cuerpo que el médico presionará para saber si la persona siente un dolor extremo y empezar a hacer estudios al respecto.
Otra de las cosas que hacen los médicos es un análisis de sangre. Está claro que, como hemos dicho, no se sabe a ciencia cierta las causas de la enfermedad, pero es importante para el diagnóstico de la fibromialgia descartar otras posibles enfermedades con síntomas similares.
Por eso se realiza un análisis de sangre para verificar y descartar como se encuentran los anticuerpos reumatoides y antipéptidos citrulinados cíclicos, la velocidad de eritrosedimentación y comprobar si existe una correcta la función tiroidea.
Tratamiento
El tratamiento de la fibromialgia consiste en buscar una minimización del dolor general, aunque no existe un tratamiento completo. En la actualidad, al no saber las causas reales, lo que se busca es minimizar los síntomas.
Además, el tratamiento de la fibromialgia puede recurrir a otras terapias para el dolor, como fisioterapia o terapia sicológica, así como asesoramiento laboral para ver si la persona se puede adaptar al trabajo en el estado en que se encuentra.
Otra parte del tratamiento consiste en fármacos anticonvulsivos, analgésicos y antidepresivos.
Un estudio científico reciente llevado a cabo en Israel, ha llegado a la conclusión de que el uso medicinal del cannabis puede ayudar significativamente en el tratamiento de los síntomas de la fibromialgia.
Tratamiento natural para la fibromialgia
Como decíamos, no se sabe exactamente qué es la fibromialgia, pero sí se conocen bien sus síntomas. Entre los tratamientos y mejoras cotidianas naturales para su tratamiento se encuentran:
Mejora de la alimentación. Se aconseja mejorar la dieta, incluir alimentos ricos en minerales y vitaminas, como los vegetales de hoja verde y los cereales integrales. También, las frutas, las legumbres y algunos frutos secos, como las nueces, o semillas como las de lino.
Acupuntura. La acupuntura puede ser un tratamiento eficaz a medio y largo plazo para los dolores musculares. No suele tener un efecto instantáneo como los fármacos, pero el flujo de energía acaba mejorando la musculatura y disminuyendo los dolores.
Meditación. Teniendo en cuenta que el cansancio, la depresión y la ansiedad muchas veces se potencian con el frenético ritmo de vida, con las exigencias imposibles, es necesario centrarse en uno mismo. La meditación es una excelente manera de llegar a este punto.
Yoga. El yoga es una buena manera de equilibrar el cuerpo y la mente. Aunque en algunos casos (y sobre todo algunos tipos de yoga) no se podrá practicar por los dolores musculares y articulares.
Tai chi. Sin embargo el tai chi, que es el equivalente chino del yoga, ofrece unos movimientos más lentos que captan la energía y fortalecen el cuerpo. Por eso muchas personas mayores, con dolores en las articulaciones y músculos, practican tai chi o chi kung.
Hay que tener en cuenta que si bien los tratamientos naturales que hemos recomendado pueden ayudar a reducir los dolores y el malestar general, es importante un seguimiento médico constante. Y siempre comunicarle al doctor o a la doctora antes de realizar alguna actividad o un cambio importante en la dieta.