¿Qué es el propóleo?
El propóleo o própolis, también llamado a veces propolio o própoli en algunas regiones, aunque estas grafías está consideradas incorrectas pese a su uso extendido en lengua hablada, es una resina que elaboran las abejas a partir de la corteza de los árboles y que éstas utilizan para confeccionar y sellar partes de la colmena.
Este aislante, reparador y constructor de las abejas fue llamado de esta manera, “propolis” palabra en griego que significa “protector de la ciudad”.
Se utiliza en farmacología desde el siglo XVII, aunque hay antecedentes históricos de su utilización en culturas precolombinas y mesopotámicas, y más tarde por los griegos, por lo cual se puede decir que es un uso antiguo y prolongado en el tiempo garantizan en gran parte la seguridad de uso, así como efectividad.
Propiedades del propóleo
El propóleo destaca por sus propiedades medicinales antibióticas, por ser un potente fungicida, antimicrobiano y antibacteriano, ser un excelente cicatrizante, con propiedades antialérgicas, epitelizantes y anestésicas, y por tener propiedades antiinflamatorias, así como principios analgésicos.
Gracias a estas propiedades el propóleo se utiliza para tratar diversas afecciones, ya sea como medicamento principal o para la confección de jarabes, caramelos, pastillas, tinturas y muchos otros medicamentos naturales.
Beneficios del própolis: ¿para qué sirve?
Los beneficios del própolis, por su uso para tratar diferentes afecciones desde hace muchísimos siglos, están de sobra demostrados.
El uso más extendido del propóleo medicinal por los humanos es el de tratar todo tipo de dolencias del aparato respiratorio, como catarros, anginas, irritación en la garganta, síntomas de la gripe, laringitis, bronquitis y otras infecciones, ataques de asma, y en ocasiones hasta la neumonía. También, por ser un potente antibiótico es muy útil para tratar la sinusitis bacteriana, y también infecciones de oído u otitis.
Ya los griegos utilizaban el própolis por sus propiedades y beneficios, gracias a sus utilidades antiinflamatorias, cicatrizantes y antibacterianas, para tratar afecciones cutáneas desde heridas, ya sean cortes, quemaduras o llagas en la piel, hasta eccemas y forúnculos.
Además, gracias a las propiedades antifúngicas sirve para tratar herpes y hongos de la piel. Debido a que también contiene propiedades antioxidantes, ayuda a regenerar la piel y mejorar así el proceso de recuperación de las heridas además de cicatrizarlas y combatir las verrugas.
Como decíamos, las gripes y resfriados son efectivamente tratadas con própolis o medicamentos a base de esta resina.
Cómo tomar el própolis
El própolis o propóleo se puede tomar de diferentes maneras. La más común es en tintura con gotero. Se puede consumir directamente, aunque hay personas que encuentran demasiado fuerte su sabor, o en gotas diluídas, ya sea en una infusión o en un vaso de agua. De esta manera tomaremos de 5 a 10 gotas de propóleo en un vaso de agua de 2 a 4 veces al día.
Para las afecciones de la garganta, como irritación o inflamación, muy común en invierno, lo que es muy efectivo es el spray de própolis. Éste se aplica directamente en la garganta, unas 5 veces al día. Y los beneficios son casi inmediatos.
Los jarabes a base de propóleo se pueden conseguir en muchos herbolarios y farmacias, y son un gran aliado para los catarros invernales. También para los niños hay variedades más suaves de éste.
Los caramelos, aunque menos efectivos, también suelen aliviar bastante los problemas de garganta, sobre todo los que están hechos a base de miel y son naturales (sin azúcar).
Contraindicaciones del propóleo y efectos secundarios
Está demostrado que el uso del própolis no tiene muchas contraindicaciones o efectos secundarios, salvo en casos muy aislados. Uno de ellos es el de las personas con problemas de alergia a los productos apícolas. Éstos deberían evitar el própolis, o al menos hacer una prueba de alergia antes de consumirlo.
Aunque para los casos de asma puede ser muy efectivo su utilización, puede representar contraindicaciones en caso de personas con asma alérgico.No existen contraindicaciones sobre el uso del própolis en mujeres embarazadas o lactantes, pese a que muchas veces se recomienda no usarlo simplemente por precaución. En cualquier caso, consulte a su médico. En los niños pequeños se recomienda su uso a partir de los 2 años.