Los ecosistemas acuáticos son los biomas o paisajes bioclimáticos propios de las regiones con el agua como biotopo. Aunque en ocasiones se suele emplear ecosistemas marinos, esto no es correcto ya que un ecosistema marino es aquel que está compuesto por agua salada, mientras que el término genérico de ecosistemas acuáticos incluye tanto los marinos o de agua salada, es decir océanos y mares, como los de agua dulce, compuestos por ríos, pantanos, arroyos, lagos y lagunas.
Ecosistemas acuáticos de agua dulce
Los ecosistemas acuáticos de agua dulce son aquellos que componen los ríos y todas las demás formas compuestas de agua con baja proporción de sal, generalmente menor al 1%.
Los de agua dulce están divididos por dos tipos de ecosistemas, los lénticos y lóticos.
Los ecosistemas de agua dulce lénticos son aquellos que están constituidos por agua de lento o escaso movimiento, como los lagos y las lagunas, los estanques y piscinas naturales, los esteros, los pantanos, humedales y ciénagas otro tipo de zonas similares en las que el agua acumulada tiene un proceso de cambio lento o escaso.
La flora y la fauna varía según el clima, pero en general suelen estar compuestos de peces y anfibios, insectos y otros invertebrados.
Los ecosistemas de agua dulce lóticos, en los que destacan los ríos, pero también los riachuelos, manantiales y arroyos. A diferencia de los biomas estáticos o semi estáticos, los lóticos se caracterizan por el movimiento de las aguas, la oxigenación y la variedad.
Las corrientes de agua se originan en las montañas, y entre sus características a destacar es que su flujo es unidireccional, con un estado de continuo cambio, con muchos hábitats y una heterogeneidad y diversidad mucho mayor que los lénticos.
Animales de agua dulce
Entre los animales podemos destacar los peces, los cocodrilos, los delfines de río, los patos, las tortugas de agua dulce, las nutrias o el ornitorrinco.
Ecosistemas marinos o de agua salada
Los ecosistemas marinos, propios de los mares, océanos y marismas, son aquellos biomas de agua salada que incluyen los manglares, los pastizales y arrecifes de corales, en las zonas costeras, así como las regiones más amplias y variadas como las profundidades oceánicas.
Las zonas más profundas del océano son, por decirlo de alguna manera, las más productivas. Con una gran diversidad, estas regiones mantienen la cadena trófica de los ecosistemas acuáticos marinos.
Se caracterizan y clasifican de diferentes maneras: por su cercanía o lejanía a la costa, por su luz, por su profundidad, etcétera.
Flora y fauna marina
Los ecosistemas marinos están habitados por una enorme variedad de mamíferos, como las ballenas, marsopas, delfines, aves, como la gaviota y el albatros, peces de agua salada de todos los tamaños y reptiles como los diversos tipos de tortugas marinas, así como una enorme variedad de invertebrados como los moluscos, los poríferos, los celenterados, los anélidos, los equinodermos y los nemertinos, así como flora característica como las algas y el plancton.
Los arrecifes de coral, los cuales se encuentran tanto en regiones como las costeras en algunas islas o en las zonas profundas del océano, son paisajes con una intensa vitalidad y variedad.