Un supermercado en Chiangmai, Tailandia, está probando una alternativa para evitar el uso excesivo de envases de plástico para frutas y verduras. La solución encontrada por el Supermercado Rimping fue utilizar un material resistente, que existe en abundancia, totalmente orgánico y cómo si fuera poca cosa muy bello: la hoja de plátano.
Envolver con hojas de plátano no es exactamente una novedad para la cultura culinaria de los países tropicales, como en Asia. La India ha estado usando hojas de plátano para los platos de arroz durante siglos, mientras que los vecinos China, Tailandia, Vietnam y Malasia han utilizado el ingenioso truco de envolver la comida al mismo tiempo. En América también fue ampliamente utilizado para las culturas indígenas.
En los países productores, las hojas son un deshecho abundante de las plantaciones que normalmente se tiran sin más y esta es una forma de aprovechar estas hojas que son quitadas para que el platanero gane altura o porque se van renovando los plataneros antiguos por otros más jóvenes.
El supermercado Rimping fue inteligente en su elección de usar hojas de plátano específicamente. Las hojas son gruesas, anchas y flexibles. Pueden enrollarse y plegarse fácilmente, sin romperse, y también soportar variaciones de temperatura – ideal para el pasillo de productos refrigerados. Las láminas totalmente orgánicas son muy fuertes y empaquetan perfectamente los productos, luego se cierran con una cinta de fibra natural.
Los beneficios de reemplazar los envases de plástico por hojas de plátano son numerosos. Por un lado, la hoja es materia orgánica y se descompone naturalmente, a diferencia del plástico, que tarda cientos de años en descomponerse completamente, durante el proceso contamina los ecosistemas y mata a miles de animales asfixiados o al ingerirlo.
Otro beneficio es que el compostaje de la hoja de plátano añade nutrientes al suelo, dejándolo más rico. Las hojas de plátano tienen incluso la cualidad de ser impermeables. Esto se debe a que la superficie de su hoja no absorbe agua cuando se expone a condiciones húmedas.
La solución simple y efectiva, que era sólo un proyecto piloto, terminó atrayendo la atención mundial y la respuesta del público fue increíble, al que le encantó no sólo por ser sostenible, sino también por añadir un toque especial a la experiencia de compra en el supermercado.
Ahora deberían pensar un poco como deshacerse de las pegatinas que no son biodegradables, y sustituir por un papel reciclado con el código de barras o algo así
En países tropicales esta es una alternativa económicamente viable al plástico que esperemos que más gente comience a explorar.
En otros lugares podemos buscar como hacerlo, las hojas del maíz, las hojas exteriores de las coles y tantas otras que se desaprovechan podrían empezar a usarse como sustituto del plástico.