Ahorrar agua en el jardín no tiene por qué ser difícil ni requerir mucho tiempo. Muchas de las cosas más eficaces que podemos hacer para reducir las facturas de agua son simples y fáciles.
He aquí algunas sugerencias que podemos hacer para lograr este objetivo y tener un jardín más sostenible.
Utiliza plantas autóctonas
Considera la posibilidad de preservar cualquier planta existente que prospere en el jardín, porque ya se han aclimatado al entorno particular de nuestro jardín y a la composición del suelo. Muchas plantas se pueden trasplantar o se pueden dividir para reducir su huella y así poder incorporar otra flora para obtener una gran mezcla.
Mantén un suelo sano
Todo jardín necesita una base de tierra sana. Por eso es una buena idea analizar el suelo antes de empezar las mejoras. Las pruebas básicas de suelo determinan si el suelo es neutro, alcalino o ácido. Una vez determinado el tipo de suelo, puedes ajustar la tierra al nivel de pH adecuado que necesites.
El césped artificial puede ser una opción sostenible
Si aunque parezca raro un césped artificial no demanda agua tienen muchos años de duración y en determinadas áreas pueden ser una gran opción, por ejemplo cerca de la casa, en terrazas o cerca de una piscina, no debemos cortarlo, siempre estará verde y no requiere mantenimiento por lo cual en poco tiempo la huella de su fabricación es reemplazada por el gran ahorro energético en su nulo mantenimiento, eso si debe ser uno de alta calidad y duración como los de TodoCESPED.
Recoge el agua de lluvia
Es bueno para las plantas porque está libre de muchas de las sales y productos químicos que están presentes en la mayoría de las aguas subterráneas o fuentes de agua de la ciudad. Muchos ayuntamientos ofrecen ahora incentivos a los propietarios que instalen estos económicos dispositivos de ahorro de agua. Un experto en riego de jardines puede ayudarle a decidir cuál es la mejor manera de integrar el agua de lluvia en su sistema de riego actual.
Elije plantas resistentes a la sequía.
Una cuidadosa selección de plantas puede suponer una gran diferencia en el uso del agua. Muchas plantas, como el abeto blanco, la milenrama, la yuca y la salvia, están naturalmente adaptadas para prosperar en condiciones de poca agua. Consulte con un profesional para que te aconseje sobre las especies que se adaptan bien a tu zona.
Mulch o acolchado
Una capa gruesa de mantillo ayuda a mantener la zona de las raíces fresca y la humedad en el suelo. Los mantillos orgánicos, como las virutas de madera y la corteza triturada, también aportan materia orgánica al suelo con el tiempo. Algunos mantillos son más apropiados que otros para determinadas aplicaciones, así que elige con cuidado.
Riega el suelo, no las hojas
Riega en la zona de las raíces para mantener la evaporación al mínimo. Mantener el agua alejada de las hojas de tus plantas también ayudará a controlar las enfermedades fúngicas y a prevenir las quemaduras solares. Un sistema de riego diseñado por un profesional, ya sea por goteo o de otro tipo, es mucho mejor para suministrar el agua de forma adecuada que los simples aspersores de césped que puedes comprar en la ferretería. Es una inversión que se amortiza con el tiempo en forma de facturas de agua reducidas y plantas más sanas.
Corta el césped alto. Mantener el césped en el límite superior recomendado (unos 5 centímetros para la mayoría de las especies) ayudará a dar sombra al suelo y evitará la evaporación excesiva.
No riegues en exceso
Suena simplista, pero se desperdicia más agua por exceso de riego que por cualquier otra razón. Regar demasiado no solo desperdicia un recurso precioso. También es muy malo para tus plantas. Demasiada agua en el suelo estresa el sistema radicular de sus plantas y contribuye a la putrefacción de las raíces y a las enfermedades fúngicas y bacterianas.