Por mucho que haga dudar a los más escépticos, abrazar un árbol puede ser muy beneficioso para la salud. Este simple acto puede contribuir al tratamiento de la depresión, dolores de cabeza, hiperactividad y el déficit de atención.
Puede parecer algo un tanto loco o una cosa de hippies, pero los beneficios generados a nuestro salud por la simple acción de abrazar a un árbol y entrar en contacto con él, se han demostrado científicamente. Este es uno de los temas tratados por Matthew Silverstone, en su libro “Cegados por la ciencia”.
En esta publicación, Silverstone explica cómo el acto de abrazar a los árboles impacta sobre el cuerpo humano. Según varios estudios académicos utilizados por él, es una cuestión de vibración. Todo vibra con diferentes intensidades y formas, lo que afecta a todos los sistemas biológicos, incluidos el nuestro.
Para entender mejor cómo funciona esto, el autor usa el ejemplo del agua. Al beber un vaso de agua, que tiene una vibración de 10 Hz, la vibración de la sangre se ve afectada inmediatamente. Lo mismo se aplica al contacto con la naturaleza, en especial por el tacto.
Los estudios han demostrado que esta influencia contribuye a mejorar la salud y puede contribuir al tratamiento de enfermedades comunes, tales como la depresión, dolores de cabeza, hiperactividad y déficit de atención.
Este intercambio de vibraciones también parece ser una explicación muy plausible para la influencia positiva que ejerce el caminar en el parque o dedicarse a cuidar el jardín o plantar un huerto, en el estado de animo de las personas.
Beneficios de abrazar un árbol
Muchos japoneses creen que esta práctica de abrazar un árbol ayuda a mejorar el sistema inmunológico. Los japoneses lo llaman Shinrin-yoku y es una práctica tan extendida que incluso muchas empresas lo fomentan con sus empleados para que mejoren su estado de ánimo, su salud y su bienestar.
Además, estos están bien arraigados a la tierra, por lo cual nos ayudan a conectar con nuestra esencia. Sí, puede que suene un poco esotérico, pero no lo es. De la misma manera que es importante conectar con la naturaleza de otras maneras, como mirando las estrellas, contemplano una puesta de sol o sumergiéndonos en las aguas marinas y de los ríos, también conectarnos con la tierra es muy reconfortante. Los árboles están realmente conectados con ella.
Además, en los bosques donde podemos encontrar árboles centenarios, podemos absorber de ellos un poco de esta sabiduría ancestral. Los árboles como las plantas ornamentales, alimenticias, etc, están vivos, por lo tanto transmiten energía, además de ayudarnos a respirar purificando el aire y generando oxígeno.
El Servicio Forestal de Islandia anima a las personas a abrazarse a los árboles, en un momento como el actual en el que las medidas de distanciamiento social les impiden abrazar a otras personas.
“Cuando abrazas un árbol, lo sientes primero en los dedos de los pies y luego en las piernas y luego en el pecho y luego en la cabeza”, dijo el guardia forestal islandés Þór Þorfinnsson. “Es una maravillosa sensación de relajación, y luego estás listo para un nuevo día y nuevos desafíos”.
Así, la próxima vez que estés en el bosque, no tengas miedo, tampoco vergüenza ni reparo en abrazar un árbol.
Puede que sea bueno para la salud. PERO MALO PARA LOS ÁRBOLES. Se pisan sus raíces.
No te preocupes un árbol con el tamaño suficiente para ser abrazado soporta el pisotón de una vaca sin problemas, dado a la profundidad y tamaño de la raíces dudo que tu pie le pueda hacer algo.