Lo comida para llevar ha crecido de forma enorme y es una de esas actividades humanas donde se gastan cientos de miles de millones de bolsas de plástico al año. En un esfuerzo por frenar el número de bolsas que se usan una vez y luego se tiran, ciudades de todo el mundo han establecido prohibiciones o impuestos sobre las bolsas de plástico. Todas las opciones tienen sus pros y sus contras, por eso vamos a analizar y ofrecer la información de cada opción para que podamos elegir más sosteniblemente.
Veremos que no hay una repuesta clara entre Bolsas de papel y plástico.
Bolsas de plástico
Una de las principales ventajas de las bolsas de plástico es que, en comparación con otros tipos de bolsas de la compra, su producción tiene el menor coste medioambiental. Las bolsas de plástico finas de los supermercados se fabrican normalmente con polietileno de alta densidad (HDPE). Aunque la producción de estas bolsas utiliza recursos como el petróleo, genera menos emisiones de carbono, residuos y subproductos nocivos que la producción de bolsas de algodón o papel. Además, las bolsas de plástico son relativamente resistentes y reutilizables. Muchos de los estudios sobre las distintas opciones de bolsas que demuestran que la producción de bolsas de plástico exige menos recursos parten de la base de que las bolsas de plástico se utilizan al menos dos veces -una para volver a casa y otra como bolsa de basura- y lo tienen en cuenta en los cálculos sobre qué bolsas son más sostenibles.
Las bolsas de plástico son reciclables, aunque poca gente las recicla. Reciclar bolsas de plástico es una tarea difícil; salen volando en la planta de reciclaje y se atascan en la maquinaria. Por eso, muchas ciudades no ofrecen este servicio. En su lugar, los grandes minoristas ofrecen servicios de reciclaje de bolsas. Sin embargo, estos servicios dependen de que el consumidor lleve las bolsas de plástico a la tienda.
Las bolsas que no se reciclan acaban convirtiéndose en basura, porque no se biodegradan en su mayoría, aunque existen opciones que si lo son.
Es por eso que a la hora de elegir bolsas para la basura, además de mirar los tamaños de bolsas de basura, sería interesante usar opciones biodegradables. Ya que las bolsas de plástico que se convierten en basura ponen en peligro muchas facetas del medioambiente, incluida la vida marina y la cadena alimentaria. Esto se debe a que las bolsas de plástico, como todos los materiales plásticos, acaban rompiéndose en trozos microscópicos, que los científicos denominan microplásticos. Se han encontrado microplásticos en casi todas partes: en los animales marinos, en el suelo de las granjas y en el aire de las ciudades.
Aunque los científicos acaban de empezar a estudiar las consecuencias de la proliferación de microplásticos, y aún no conocemos su efecto sobre los animales, los seres humanos y el medio ambiente, los científicos están preocupados por cómo este nivel de contaminación plástica podría cambiar nuestro planeta. Los estudios que determinaron que las bolsas de plástico son menos perjudiciales para el medio ambiente que las bolsas de papel y reutilizables no tuvieron en cuenta los efectos de la basura y, en su lugar, asumieron que las bolsas de plástico se reciclarían o se utilizarían como bolsas de basura.
Bolsas de papel
Las bolsas de papel tienen algunas ventajas sobre las de plástico en lo que respecta a la sostenibilidad. Son más fáciles de reciclar y, al ser biodegradables, pueden utilizarse para fines como el compostaje. Sin embargo, la producción de papel consume muchos recursos: Para fabricar una bolsa de papel se necesita cuatro veces más energía que para fabricar una bolsa de plástico, y además los productos químicos y fertilizantes empleados en la producción de bolsas de papel causan daños adicionales al medioambiente.
Los estudios han demostrado que, para que una bolsa de papel neutralice su impacto ambiental en comparación con el plástico, tendría que utilizarse entre tres y 43 veces. Dado que las bolsas de papel son las menos duraderas de todas las opciones, es poco probable que una persona emplee una bolsa lo suficiente como para compensar el impacto ambiental.
Aun así, el hecho de que el papel sea reciclable ayuda a disminuir su impacto. En 2018, el 68,1 % del papel consumido en Estados Unidos se recuperó para su reciclaje, un porcentaje que ha ido en aumento en la última década. Sin embargo, debido a que las fibras de papel se vuelven más cortas y más débiles cada vez que se lleva a cabo el proceso de reciclaje, hay un límite de veces que se puede reciclar el papel.
Bolsas reutilizables
Las bolsas reutilizables se fabrican con muchos materiales diferentes, y el impacto medioambiental de la producción de esos materiales varía mucho. Según un estudio realizado en el Reino Unido, las bolsas de algodón tienen que reutilizarse 131 veces antes de reducir su impacto sobre el cambio climático en la misma medida que las bolsas de plástico. Para tener una huella ambiental comparable (que abarca el cambio climático y otros efectos ambientales) a la de las bolsas de plástico, una bolsa de algodón tiene que utilizarse potencialmente miles de veces. Sin embargo, los materiales distintos del algodón obtienen resultados mucho mejores en cuanto a sostenibilidad. El polipropileno (PP) no tejido es otra opción popular. Fabricadas con un tipo de plástico más duradero, estas bolsas deben reutilizarse unas once veces para compensar el impacto del plástico convencional.
Además de variar mucho en cuanto a su respeto por el medio ambiente, existe la posibilidad de que las bolsas reutilizables no se usen, porque los consumidores tienen que acordarse de llevarlas a la tienda. La mayor ventaja de las bolsas reutilizables es que su uso reduce la cantidad de basura en tierra y en el océano. Diversos estudios han demostrado que la prohibición de las bolsas de plástico en ciudades de Estados Unidos y Europa ha reducido la cantidad de basura de plástico en las aguas cercanas.
Aspectos a tener en cuenta
Dado que las bolsas reutilizables y de papel tienen un enorme coste medioambiental inicial, y que las bolsas de plástico generan mayores efectos negativos tras su uso, es difícil determinar qué tipo de bolsa es realmente la más sostenible. Independientemente de si la bolsa es de plástico, papel u otro material, la opción más sostenible es la bolsa que ya tiene. En todos los estudios y para todos los tipos de bolsa, quedó claro que reutilizar la bolsa tantas veces como se pueda reduce su impacto en el medioambiente. Es fundamental hacer el esfuerzo de reutilizar cualquier bolsa que llegue a tus manos y deshacerse de ella de forma responsable.